
Sin embargo, es en el plano doctrinal donde se registra un renacimiento del anarquismo, a finales de la década de 1960, con motivo de los levantamientos estudiantiles y obreros que se produjeron en París, Berlín, México D. F. y Berkeley (California). Una síntesis de "socialismo real", como se denominaba a la política mantenida por la Unión Soviética, en aquél entonces, y de sincretismo utópico que integraba las posturas ideológicas más radicales, originaba el llamado "sesentayochismo" (1968), de marcado sello libertario anarquista. De este modo, líderes estudiantiles como los hermanos Cohn-Bendit, jóvenes sindicalistas procedentes del marxismo-leninismo como Rudi Dutschke, filósofos de la Escuela de Frankfurt que lograron huir del nazismo (Herbert Marcuse, Theodor W. Adorno, Max Horkheimer, entre otros), existencialistas como Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Simone de Beauvoir y heterodoxos en la órbita del comunismo como Louis Althusser, Nicos Poulantzas y los trotskistas Alain Krivine y Ernest Mandel, además de intelectuales críticos como Noam Chomsky, Angela Carter, Norman O. Brown o Kurt Vonnegut configuraron un espacio ideológico amplio que revitalizó el ansia irrenunciable de los defensores de la anarquía, entendida ésta como sinónimo del ‘orden más perfecto posible’ para la humanidad.
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