martes, 22 de abril de 2008

Causas del Movimiento

Fragmento de La represión del terrorismo anarquista (1890 - 1900), por José Luis García Mañas.

1. Causas del movimiento anarquista

A la hora de analizar las causas que llevan a algunos elementos anarquistas aislados a llevar a cabo diversos atentados terroristas hemos de tener en cuenta algunos elementos profundamente interrelacionados: el cierre de los sistemas políticos al movimiento obrero, la represión de dicho movimiento obrero por parte de los gobiernos de los diferentes países y la teoría de la "propaganda por el hecho".

La aparición del sistema capitalista en Europa Occidental y en América da lugar a una importante sobreexplotación de los obreros por parte de las empresas de las zonas industriales. No son extrañas jornadas laborales de diez a doce horas en ínfimas condiciones higiénicas y de protección frente a los innumerables peligros inherentes a algunos trabajos. A esta situación no son ajenos niños y mujeres, cuyas jornadas laborales son similares a las de los hombres. A estas condiciones de trabajo acompañan sueldos de miseria que a duras penas permiten satisfacer los gastos de manutención de las familias. Las condiciones de alojamiento de estas familias no son mejores. La situación se agrava debido al desconocimiento de una planificación familiar, lo que origina que la mayoría de los matrimonios tenga multitud de hijos, que a duras penas pueden mantener en aceptables condiciones hasta llegar a una edad en la que pueden trabajar, edad que en muchos casos es muy temprana (ocho o diez años en la mayor parte de los casos). Como consecuencia de semejantes condiciones de vida, la mortalidad es muy alta, así como la mortalidad infantil y se dan importantes brotes epidémicos.

Las condiciones de trabajo en el campo no son, en general, mucho mejores. En zonas, como Andalucía, en las que tendrá gran incidencia el anarquismo, la propiedad de la tierra está enormemente concentrada. La gran mayoría de los campesinos carece de tierra propia y trabajan como jornaleros en las tierras de grandes terratenientes, poseedores de la mayor parte de la tierra (latifundios). Las jornadas laborales son igualmente largas (no es extraño encontrar jornadas "de sol a sol") y duras, pero con el agravante de la temporalidad. Sólo se trabaja durante las épocas del año en que hay alguna labor que hacer en el campo. Durante el resto del año (aproximadamente la mitad) se malvive con el sueldo de la parte del año en que se ha trabajado.

En estas condiciones no es nada extraño el nacimiento de un vigoroso movimiento obrero, que tiene orígenes en la época de la Revolución Francesa, e incluso antes, pero cuyo desarrollo y expansión se produce durante el siglo XIX, acompañando al desarrollo del capitalismo. Es por ésto que el movimiento obrero tendrá fuerza donde exista un sistema económico capitalista, no únicamente industrial (como en la mayoría de los casos), sino también agrícola. No creo necesario exponer aquí con detalle las principales corrientes socialistas, llamadas utópicas, que configurarían posteriormente el socialismo y que darían lugar a la fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T. o I Internacional) en 1864. Con la fundación de la Internacional se culmina el proceso de formación de las diferentes corrientes obreristas, cuyo objetivo es realizar una revolución que de lugar a una sociedad más justa, sin clases sociales, en la que los obreros tendrían un papel dirigente y en la que el reparto de beneficios sería más justo. No obstante, las divergencias no tardarían en aparecer y durante la celebración del congreso de La Haya (1872) los "antiautoritarios", partidarios en su mayoría de la desaparición del estado (Bakunin), son expulsados por los "autoritarios", que propugnan la conquista del estado (Marx). La consecuencia sería la división en dos Internacionales, que no tardarían en desaparecer.

Había diferencias claras entre el grupo de autoritarios (que luego serían llamados "socialistas") y el de antiautoritarios (luego llamados "anarquistas"), pues los autoritarios eran partidarios de conquistar el estado capitalista para transformarlo tras un periodo de transición en un estado dirigido por las clases trabajadoras y los antiautoritarios, en cambio, estaban en contra de la existencia de cualquier estado, aunque se autotitulase partidario de los trabajadores, pues estimaban que los estados acabarían desnaturalizando su naturaleza inicial para convertirse en estados represivos, igual a los existentes. Como consecuecia, los antiautoritarios eran partidarios de la absoluta libertad del individuo, sin ataduras a ningún estado que pudiera condicionarla.

No obstante, también entre los antiautoritarios existían diferencias de criterio que se concretaban en la oposición entre los anarcocolectivistas, partidarios de agrupaciones obreras defensoras de sus intereses comunes (sindicatos) precursoras de la organización postrevolucionaria, y los anarcocomunistas, partidarios de una organización comunal tras la revolución y especialmente cuidadosos con la independencia del individuo.

La actitud inicial de los diferentes gobiernos ante la organización de los trabajadores frente a los manifiestos abusos de los empresarios será la de reprimirla. Esta represión será aún mayor cuando se produzcan huelgas en protesta por las condiciones de trabajo. En ningún momento se intenta analizar objetivamente qué es lo que mueve a los obreros a manifestarse contra su situación y a buscar una solución diferente de la policial. Los estados liberales se cerrarán ante el movimiento obrero, impidiendo su entrada al sistema. No sólo se situará fuera de la ley a las organizaciones obreras, obligadas así en muchas ocasiones a la clandestinidad, sino que se cerrarán sus órganos de expresión (serán clausurados gran número de periodicos) y se llegará incluso a falsear el voto en algunos países.

La represión de las manifestaciones obreras en algunas ocasiones tendrá una violencia física importante. Los instrumentos de la represión serán las fuerzas del orden (policía, ejército.). La represión generada en muchas ocasiones llegará incluso a la desarticulación operativa del movimiento obrero, que tendrá enormes dificultades para desenvolverse y se verá abocado a la clandestinidad en numerosas ocasiones, especialmente cuando el poder caiga en manos de los más conservadores. Como consecuencia el movimiento se contrae y se reduce en gran medida.

En 1881, en una situación general en Europa similar a la descrita se produce el congreso obrero de Londres, promovido por los antiautoritarios. En dicho congreso se apuesta por la promoción de la "propaganda por el hecho", basada en el uso de la violencia para llamar la atención sobre las desigualdades y para crear una situación de terror que produzca una espiral de violencia que acabe en la Revolución. Precedentes en los que se basan para realizar tal propuesta son los atentados realizados en los años precedentes contra Alfonso XII de España (1878 y 1879), Humberto I de Italia (1878) y Alejandro II de Rusia (1881). Como consecuencia, se producirá una escalada de atentados anarquistas (no en todos los casos) que dará lugar a una fuerte represión del anarquismo que en algunos lugares, como en España, tendrá extremos de sadismo.

La represión desatada contra el anarquismo durante este periodo alimentará a su vez las ansias de venganza de algunos anarquistas a la vista de la persecución de que son objeto sus compañeros, en algunos casos inocentes. Esto es especialmente importante en aquellos lugares en que, como en España, la represión adquiere tintes especialmente dramáticos, no sólo por su injusticia, sino también por su indiscriminación. Posiblemente si el anarquista Angiolillo no hubiera leído los encendidos relatos que los presos de Montjuïc realizaron sobre las torturas allí realizadas, no hubiera tomado la determinación de acabar con la vida del presidente del consejo de ministros español. Este deseo de venganza entre los anarquistas será especialmente fuerte tras la ejecución de un compañero. Meunier o Henry serán otros ejemplos.

Podemos añadir entre las causas de la violencia anarquista la actuación de agentes provocadores, cuya presencia es más que constatable en varios atentados. Los gobiernos buscaban con estas acciones crear confusión para poder llevar a cabo así una acción más "eficaz" contra unas ideas manifiestamente contrarias a sus intereses.

Fuente: La represión del terrorismo anarquista (1890 - 1900), por José Luis García Mañas (Historiador)

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